DIOS
Hay un solo Dios, que es infinitamente perfecto, existiendo eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Isaías 44:6 / Mateo. 5:48 / Deut. 32:4 / Mateo 3:16; 28:19
JESÚS
Jesucristo es verdadero Dios, y verdadero hombre. Fue concebido por obra del Espíritu Santo y nació de la Virgen María. Murió en la cruz, el Justo por los injustos, como sacrificio sustitutivo, y todos los que creen en Él son justificados. sobre la base de Su sangre derramada. Resucitó de entre los muertos según las Escrituras. Ahora está a la diestra de la Majestad en las alturas como nuestro gran Sumo Sacerdote. Vendrá de nuevo para establecer Su reino de justicia y paz.
Filipenses 2:6-11; Hebreos 2:14-18; Mateo 1:18; Lucas1:35; 1Cor. 15:3-5; 1 Juan 2:2; Hechos 13:39; Hebreos 4:14-15; 9:24-28; Mateo 25:31-34; Hechos 1:11
EL ESPÍRITU SANTO
El Espíritu Santo es una Persona divina, enviada para morar,9 guiar, enseñar y capacitar al creyente, y para convencer al mundo de pecado, o de justicia y de juicio.
JUAN 14:16-17; JUAN 16:7-11; 1COR. 2:10-12
LA BIBLIA
El Antiguo y el Nuevo Testamento, infalibles como se dieron originalmente, fueron inspirados verbalmente por Dios y son una revelación completa de Su voluntad para la salvación de las personas. Constituyen la regla divina y única de la fe y la práctica cristianas.
2 TIM. 3:16; 2 PEDRO 1:20-21
EL PECADO
La humanidad, creada originalmente a imagen y semejanza de Dios, incurriendo por ello en la muerte tanto física como espiritual. Todas las personas nacen con una naturaleza pecaminosa, están separadas de la vida de Dios y pueden ser salvadas únicamente a través de la obra expiatoria del Señor Jesucristo. El destino de los impenitentes e incrédulos es la existencia para siempre en tormento consciente, pero el de el creyente es gozo y dicha eternos.
GEN. 1:27; ROM. 8:8; 1JUAN 2:2; MAT. 25:41-46; 2 TES. 1:7-10
LA LIBERTAD DEL PECADO
La salvación ha sido provista sólo a través de Jesucristo. Los que se arrepienten y creen en Él se unen a Cristo por medio del Espíritu Santo y, por lo tanto, son regenerados (nacidos de nuevo), justificados, santificados y concedidos el don de la vida eterna como hijos adoptivos de Dios.
TITO 3:5-7; HECHOS 2:38; JUAN 1:12; 1COR. 6:11
LA VIDA CRISTIANA
Es la voluntad de Dios que, en unión con Cristo, cada creyente sea santificado completamente siendo así separado del pecado y del mundo y completamente dedicado a Dios, recibiendo poder para una vida santa y un servicio sacrificial y eficaz para completar la comisión de Cristo. Esto se logra a través de la llenura del Espíritu Santo, que es tanto un evento distintivo como una experiencia progresiva en la vida del creyente.
1 TES. 5:23 ; HECHOS 1:8; ROM. 12:1-2; GAL. 5:16-25
SANIDAD DIVINA
En la obra redentora del Señor Jesucristo se hace provisión para la sanidad del cuerpo mortal. La oración por los enfermos y la unción con aceite, como se enseña en las Escrituras, son privilegios para la Iglesia en esta era presente.
MATEO. 8:16-17; SANTIAGO 5:13-16
LA IGLESIA
La Iglesia universal, de la cual Cristo es la Cabeza, se compone de todos los que creen en el Señor Jesucristo, son redimidos por su sangre, regenerados por el Espíritu Santo y comisionados por Cristo para ir por todo el mundo como testimonio, predicando el Evangelio a todas las naciones. La iglesia local, la expresión visible de la Iglesia universal, es un cuerpo de creyentes en Cristo que se unen para adorar a Dios, observar las ordenanzas del Bautismo y la Cena del Señor, orar, ser edificados a través de la Palabra de Dios, para tener compañerismo y testificar en palabra y obra de las buenas nuevas de salvación, tanto a nivel local como global. La iglesia local establece relaciones con otras iglesias de ideas, propósitos, y visión afines para rendir cuentas, animar y cumplir la misión de la Gran Comisión.
EFE. 3:6-12; HECHOS 2:41-47; HEB. 10:25; MAT. 28:19-20; HECHOS 1:8, 11:19-30
VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE
Habrá una resurrección corporal de los justos y de los injustos; para los primeros, una resurrección para vida; para los segundos, una resurrección para juicio.
1COR. 15:20-23; 2 TES. 1:7-10
LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
La segunda venida del Señor Jesucristo es inminente y será personal y visible. Como la esperanza bendita del creyente, esta verdad vital es un incentivo para una vida santa y un servicio sacrificial hacia el cumplimiento de la comisión de Cristo.
1 TES. 4:13-17; 1 COR. 1:7; TITO 2:11-14; MAT. 24:14; 28:18